viernes, 31 de octubre de 2008

Quiero dar gracias a Dios por aceptarme... por darme el privilegio de ser llamado hijo de Dios...y quiero dar gracias a Dios por colocar en mi camino a Vanusa, Athos, Yasmin, Fernanda, Cassio, Pablo, Suena, Sharon, Ivoneide, André, Márcia, a mi hermana Nadir y a su hijo, gracias por Marchena, por Adolfo, por Clodoaldo, por Silas Malafaia, gracias por tu Espíritu Santo, gracias por tu hijo amado Jesucristo...y gracias por Afonso y Dedê...gracias por Paulo, por Manoel...por Maria por Edna; gracias Señor.

Separados de mí...nada podéis hacer...


Había dos casas en las nubes...las dos estaban unidas por un puente en forma de ese (S) y estaban distantes a unos cincuenta metros una de la otra, yo estaba en una de las casas y en ella habían muchas personas, todas con ropas blancas muy blancas.

Afuera, había un hombre muy hermoso, vestido de rojo púrpura (guapísimo en gran manera) él se colocaba frente a la puerta de la casa donde me encontraba y llamaba a las personas que estaban conmigo dentro de la casa y ellas salían de la casa y eran conducidos a la otra casa.

Cuando me di cuenta, ya eran muchas las personas que habían sido conducidas por él hacia la otra casa, entonces me molesté mucho y quise pelear con él para que no siguiera llevando a las otras personas, él me desafió y me dijo que yo no podría hacerle nada, se reía y se burlaba de mí. Yo salí de la casa para darle un golpe en la cara...pero al salir de la puerta y quedarme frente a él...vi que el tamaño de su pie era mayor que yo, se transformó en un gigante y yo con miedo entré nuevamente a la casa. Esa escena se repitió por varias veces y él quería entrar en la casa, pero cada vez que él quería entrar en la casa no conseguía porque una luz potente, muy blanca irradiaba de la puerta y le impedía su entrada.

Entonces, les dije a las otras personas que estaban conmigo para que pidamos ayuda a alguien que pueda vencer a ese hombre de rojo que que estaba a la puerta. Nos pusimos de rodilla y tomados de la mano comenzamos a suplicar, a clamar, a implorar por ayuda, y cuando de repente del cielo cayó un yunque de oro en medio del círculo que nosotros formábamos con nuestras manos y en el yunque comenzaron a aparacer unas letras escritas con fuego que decía: SEÑOR JESÚS.

Y lanzó una luz tan potente que ese hombre de rojo fue expulsado por los aires...

Yo entendí que las dos casas representaban la iglesia y el mundo y el hombre de rojo era el acusador, las personas que estaban de blanco eran las personas lavadas con la preciosa sangre de nuestro Señor JESUCRISTO y que nosotros con nuestros medios, por nosotros mismos no podremos derrotar jamás al acusador...pero el único que le venció y siempre le vencerá es el Príncipe de Paz, el León de la Tribu de Judá...El Alfa y el Omega....JESÚS.

Ríos de Agua Viva


Estaba en un culto...y mientras el pastor disertaba sobre el reyno de Dios...había una persona dentro del templo, a mi lado, que insistentemente me pedía que me amarrase los pasadores de la zapatilla que yo calzaba.

Y esa insistencia sucedía en momentos que el pastor explicaba la palabra de Dios. Eso motivaba que yo no consiguiese entender nada de la predicación.

El culto terminó, y yo no conseguí entender nada de la palabra ministrada... salí un poco triste y molesto conmigo mismo porque no había aprovechado lo que fue dicho en ese culto.

Saliendo del templo...casi, al doblar la esquina, vi que un grifo estaba abierto y el agua caía cerca de un sifón...sucio...y algunas gotas entraban en ese sifón sucio y negro.

Una persona que estba por allí me dijo: Ese sifón representa tu corazón...está sucio y negro...el agua que cae del grifo representa Ríos de Agua Viva (La palabra de Dios)...el agua cae fuera de tu corazón y sólo algunas gotas entran en tu corazón...es necesario que abras tu corazón para que Ríos de Agua Viva fluyan por todo tu ser.