
Había dos casas en las nubes...las dos estaban unidas por un puente en forma de ese (S) y estaban distantes a unos cincuenta metros una de la otra, yo estaba en una de las casas y en ella habían muchas personas, todas con ropas blancas muy blancas.
Afuera, había un hombre muy hermoso, vestido de rojo púrpura (guapísimo en gran manera) él se colocaba frente a la puerta de la casa donde me encontraba y llamaba a las personas que estaban conmigo dentro de la casa y ellas salían de la casa y eran conducidos a la otra casa.
Cuando me di cuenta, ya eran muchas las personas que habían sido conducidas por él hacia la otra casa, entonces me molesté mucho y quise pelear con él para que no siguiera llevando a las otras personas, él me desafió y me dijo que yo no podría hacerle nada, se reía y se burlaba de mí. Yo salí de la casa para darle un golpe en la cara...pero al salir de la puerta y quedarme frente a él...vi que el tamaño de su pie era mayor que yo, se transformó en un gigante y yo con miedo entré nuevamente a la casa. Esa escena se repitió por varias veces y él quería entrar en la casa, pero cada vez que él quería entrar en la casa no conseguía porque una luz potente, muy blanca irradiaba de la puerta y le impedía su entrada.
Entonces, les dije a las otras personas que estaban conmigo para que pidamos ayuda a alguien que pueda vencer a ese hombre de rojo que que estaba a la puerta. Nos pusimos de rodilla y tomados de la mano comenzamos a suplicar, a clamar, a implorar por ayuda, y cuando de repente del cielo cayó un yunque de oro en medio del círculo que nosotros formábamos con nuestras manos y en el yunque comenzaron a aparacer unas letras escritas con fuego que decía: SEÑOR JESÚS.
Y lanzó una luz tan potente que ese hombre de rojo fue expulsado por los aires...
Yo entendí que las dos casas representaban la iglesia y el mundo y el hombre de rojo era el acusador, las personas que estaban de blanco eran las personas lavadas con la preciosa sangre de nuestro Señor JESUCRISTO y que nosotros con nuestros medios, por nosotros mismos no podremos derrotar jamás al acusador...pero el único que le venció y siempre le vencerá es el Príncipe de Paz, el León de la Tribu de Judá...El Alfa y el Omega....JESÚS.
Fico feliz porque Deus continua fazendo milagres...onde parece impossível...
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